Cuadro que muestra el aspecto que tendría la ciudad de Sevilla en el siglo XVI.
El monopolio en el Comercio de Indias consistía en el control exclusivo por parte de la Corona española de todas las relaciones comerciales con las Indias, no pudiendo beneficiarse de la explotación del Nuevo Mundo ninguna otra potencia europea que no formara parte de la monarquía hispánica, teóricamente. Este monopolio se regulaba por dos grandes restricciones: por un lado, la limitación de todas las actividades de llegada y salida del tráfico a una sola plaza comercial, Sevilla, lo que conllevaba concentrar en ella todas las instituciones encargadas de llevar a la práctica este monopolio. Por otro lado, la limitación de que el comercio con Indias solo podía ser llevado a cabo por súbditos de la monarquía. De este modo, se vedaba, al menos en la teoría, el que extranjeros o personas de religiones distintas a la católica pudieran realizar actividades comerciales con las Indias.
Las instituciones oficiales que se encargaron de la organización y supervisión de las relaciones de monopolio con las Indias fueron básicamente tres: la Casa de Contratación de Sevilla, el Consejo de Indias y el Consulado de Comercio de Sevilla. La Casa de Contratación de Sevilla, creada por la Corona a principios del año 1503, fue la primera institución encargada de administrar todos los asuntos relativos a las relaciones comerciales con las Indias. Por este motivo, tuvo un largo proceso de institucionalización a la par que se iban definiendo sus amplias y variadas funciones. Sin embargo, las tres principales eran las funciones relacionadas con las aduanas, las relacionadas con la gestión del tráfico comercial, y las relacionadas con la vigilancia y posterior acuñación del oro y la plata indiana en la Casa de la Moneda de Sevilla. A medida que las relaciones se iban incrementando y complicando, se hizo necesaria una mejora de la gestión de estas relaciones.
A pesar de todas estas limitaciones teóricas en la legalidad del monopolio con Indias, lo cierto es que las infracciones y la corrupción eran frecuentes, contando a veces incluso con la complicidad de las autoridades. La preparación de las dos grandes flotas navales que partían cada año de Sevilla generaba grandes tensiones y conflictos entre los mercaderes (...).
El tráfico comercial indiano siempre estuvo más marcado por los envíos desde las Indias a Castilla que de la forma contraria. La tipología de productos que los castellanos enviaban a América era muy diversa, ya que la Corona limitaba su producción autónoma para que las colonias se vieran obligadas a requerir productos venidos de la Península. Esta variedad de productos incluía desde alimentos o producciones agrícolas, como el trigo, la vid, las legumbres o el aceite, hasta distintas clases de productos manufacturados, como paños y sedas, ropas, vidrios y cuchillería, herramientas, libros… En cuanto a los productos que llenaban las flotas que venían de América a Castilla, hay un producto que sobresale por encima de los demás: los metales preciosos, principalmente, oro y plata. Eso no significa que no llegaran a la península otros productos americanos, como diversos cultivos exóticos que se daban solo en el continente americano.
Casi el 100% de las remesas de la plata americana que llegaban al puerto de Sevilla no se quedaban en esta ciudad, y son los distintos destinos a los que partirá una de las principales diferencias en las remesas del siglo XVI y XVII. Mientras que en el siglo XVI la mayor parte de la plata que salía de Sevilla se quedaba en algún otro sitio del reino de Castilla, en el siglo XVII la cantidad que de ella era re exportada al exterior superaba a la cantidad que se quedaba en Castilla. Los destinos principales de estas re exportaciones van cambiando según periodos: desde 1552 hasta 1620 los destinos predilectos eran Génova y Milán, de 1630 a 1648 era Inglaterra, y de 1648 a 1672 a las Provincias Unidas y a Francia a partir de 1659. La plata americana no solo se quedaba en Europa, sino que también llegaba a Oriente, a sitios como India, China, Persia o Japón.
Son varios los factores que explican el fracaso español en sus intentos por controlar la economía colonial. Por una parte, la pasividad, o inclusa tolerancia, a la hora de controlar o eliminar las infracciones o ilegalidades del monopolio comercial indiano. Y es que, ya sea por participación directa, o por la vía de la financiación, el comercio indiano español acabó dependiendo en gran medida de extranjeros. Por otra parte, el fomento de la venta de cargos públicos en el gobierno y la administración de las posesiones coloniales españolas en América, con el objetivo de incrementar los ingresos de la Corona en Indias. También podemos hablar de la incapacidad española para satisfacer la creciente demanda de mano de obra para las cada vez más rentables economías de plantación americanas, la pérdida de importancia de los productos manufacturados españoles, así como la predilección por los productos manufacturados extranjeros, de mejor calidad y precio.
|
lunes, 13 de agosto de 2018
El comercio entre España y América en la época colonial
-
Cuadro que muestra el aspecto que tendría la ciudad de Sevilla en el siglo XVI. El monopolio en el Comercio de Indias consistía en e...
-
¿Qué es el capitalismo? El capitalismo es un sistema económico, donde el capital prevalece sobre el trabajo y es la base de la riqu...