domingo, 17 de junio de 2018

El Genocidio Armenio


Para pensar el genocidio  

Testimonio 1: Embajador de Estados Unidos en la capital otomana, Henry Morgenthau (1915):
“Prácticamente ningún armenio, cualquiera fuera su educación o riqueza, o la clase social a la que perteneciera, escapó a la orden. En algunos pueblos se fijaron carteles intimando a la población armenia a presentarse en un lugar público a una hora determinada – generalmente con anticipación de uno o dos días-, y en otros lugares el pregonero recorría las calles voceando la orden. En algunos pueblos ni siquiera se dio la menor advertencia. Los gendarmes aparecían en una casa armenia y ordenaban a los ocupantes que los siguieran (…)

Testimonio 2: Pascual Tekeyán, sobreviviente nacido en Jarpert, 1910.
“Los sobrevivientes de las dos partes de la caravana, entre ellos mamá, mi tía y yo se reunieron otra vez. Comenzamos una larga caminata por rutas llenas de espinas por lo que mamá y mi tía me llevaron sobre sus hombros para que no llorara por el dolor que las espinas producían en mis pies descalzos. Llegamos a la orilla del Éufrates, testigo de siglos de nuestra historia, de nuestra grandeza, de nuestra cultura, de nuestros héroes. Ahora, enfurecido, estaba obligado a arrastrar cuerpos vilmente asesinados de gente honrada a quienes vio nacer, a quienes abasteció con agua para sus frutales y vergeles. Durante veinticinco días, día y noche, el Éufrates llevó al mar miles de armenios masacrados. Así no quedarían rastros del crimen. (…) Siendo niño yo no veía estas escenas ya que mi mamá y mi tía me guardaban lejos de ellas y me las contaron más tarde. Pero la intención de mi madre y mi tía no alcanzó para salvaguardarme de todas las imágenes del horror. Recuerdo que yo mismo iba a ver los miles de cadáveres que el río arrastraba.”

Documento 1: Resoluciones aprobadas en el Congreso del Partido Unión y Progreso celebrados en Salónica en octubre de 1910 (fragmento)
“El gobierno será centralista, fundado por el predominio y dominación exclusiva del elemento turco, llevado hasta sus últimas consecuencias. El imperio se cimentará sobre una base islámica pura. Los privilegios que quedan deben desaparecer. Los puestos importantes deben ser ocupados por turcos. Las personas de nacionalidad no turca sólo podrán ser empleados como agentes de importancia secundaria. Será necesario realizar la turquificación completa de todos los súbditos otomanos. Estas finalidades no se alcanzarán jamás por la persuasión; en consecuencia, deberá recurrirse a la fuerza de las armas. El imperio tendrá un carácter islámico y se harán respetar las instituciones y tradiciones musulmanas. Debe eliminarse toda otra creencia religiosa (…). Las razas no musulmanas deben hablar y rezar en idioma turco. (…) El Congreso es contrario a la organización de partidos políticos. Es obligación del gobierno luchar a todo precio y por todos los medios contra los gérmenes nacionalistas de las minorías y facilitar el dominio de la raza otomana, aun en los lugares donde ésta es minoría. El Congreso es contrario a toda clase de ideas de autonomía; la teoría de la descentralización conspira contra la nacionalidad otomana  (…).

Documento 2: Circular del gobierno turco para las autoridades locales del imperio. Abril 1915 (Fragmento)
“Dios nos guarde, pero en la eventualidad de nuestra derrota, durante las negociaciones de paz aparecerá en primer término esa “Cuestión Armenia” amenazante contra nuestro pueblo. Por consiguiente, para proteger nuestro país, nuestra nación, nuestro gobierno y nuestra religión contra la posibilidad de tal peligro, el gobierno que representa al Islam y al pueblo, pase lo que pase, para anticiparse a la presentación de la “Cuestión Armenia” en cualquier lugar y forma, y aprovechando las facilidades que nos brida el estado de guerra, han decidido acabar con esa cuestión de una vez por todas, deportando los armenios a los desiertos de Arabia. Para el cumplimiento de este plan sirven como argumentos, los siguientes: Que las fuerzas de voluntarios armenios sirven en los ejércitos enemigos. Que los partidos políticos armenios actúan en el interior del país y han sido organizados para atacar por la espalda a nuestro ejército. La innumerable cantidad de armas y material bélico hallada por todas parte de nuestro territorio. (…) El funcionario o agente que se oponga a esta labor sagrada y patriótica, y omita la ejecución de las obligaciones que le son impuestas o proteja o encubra por cualquier medio a éste o aquél armenio, será considerado enemigo de la patria y de la religión y debidamente castigado.”

Documento 3: Explicación de Talaat Pashá, Ministro del Interior turco, al embajador de Estados Unidos en Estambul, Henry Morgenthau (1915)
 “Le pedí que viniera hoy para poder explicarle nuestra posición en el asunto armenio. Nuestras objeciones a los armenios están basadas en tres distintas razones. En primer lugar, se han enriquecido a costa de los turcos. En segundo lugar, están resueltos a dominarnos y a establecer un estado separado. En tercer lugar, han alentado abiertamente a nuestros enemigos. Han ayudado a los rusos, y a ello se debe nuestro fracaso. Por eso hemos llegado a la decisión irrevocable de mantenerlos inofensivos hasta que termine la guerra (…). Ya hemos liquidado las tres cuartas partes de los armenios.  Ya es tan intenso el odio entre turcos y armenios que tenemos que terminar con ellos. Si no, se vengarán de nosotros (…). No nos importa la pérdida comercial. Esto no nos preocupa. Le pedí que viniera aquí para avisarle que nuestra política hacia los armenios está bien decidida, nada la va a cambiar. No vamos a permitir que ningún armenio se quede en Anatolia. Pueden vivir en el desierto, pero en ninguna otra parte (…). Ningún armenio puede ser amigo nuestro después de lo que hemos hecho.”


La Revolución Industrial