Desde finales del siglo XIV hasta el
siglo XVI Europa vivió una revolución cultural. Este periodo recibirá más tarde
el nombre de Renacimiento en
alusión al despertar del entusiasmo por el estudio de la cultura clásica.
La revolución afectó a todos los aspectos de la vida, desde la ciencia hasta el
arte, pasando por la arquitectura, la filosofía y muchas otras disciplinas. En
la pintura, aparecieron técnicas que permitieron al artista crear
imágenes más realistas.
Durante el
Renacimiento, se observó que el intercambio de conocimientos, no sólo permitió
el desarrollo de nuevas formas de arte. De hecho, una parte considerable de los
nombres de la época estaba involucrada en el desarrollo de estudios
relacionados con el hombre y la naturaleza. Podemos ver que este período
también se caracterizó por un renacimiento científico, en diversos campos del
conocimiento como la astronomía, las matemáticas, la física y la medicina en un
estadio más avanzado. En general, los científicos en ese momento habían
organizado su investigación a través de observaciones y experimentos capaces de
plantear nuevas preguntas científicas y desarrollar otras formas de
conocimiento. Históricamente, esta nueva
actitud hacia el mundo marcó un hito importante en la producción de
conocimiento. Después de todo, por la razón, los hombres de ese tiempo
rompieron el monopolio del conocimiento ejercido por la Iglesia durante la Edad
Media.
En astronomía, la prueba de la teoría heliocéntrica, donde la Tierra giraba alrededor del Sol,
fue creada para romper el geocentrismo que sostuvo que el Sol giraba alrededor
de la Tierra. Los primeros en ofrecer esta nueva teoría fueron Nicolás
Copérnico (1473-1543), quien pasó varios años trabajando como profesor en la
ciudad italiana de Padua. Poco después, Galileo Galilei (1564-1642) probó esta
teoría realizando los cálculos necesarios y la utilización de un telescopio
desarrollado por él mismo. Aclamado como uno de los padres de la física
moderna, Galileo fue también de gran importancia para los estudios que
sustentaron la ley de la caída de los cuerpos. También en relación con la
física, no podemos olvidar una referencia importante a Leonardo da Vinci.
Considerado como uno de los grandes nombres del Renacimiento, el erudito
italiano en este campo había contribuido a la realización de experimentos
relacionados con la hidráulica e hidrostática.
En la ciencia médica, Mundinus fue de gran
importancia en la disección de cadáveres para el conocimiento de la anatomía
humana. Después de él, varios otros grupos de interés han tratado de descubrir
algunas de las estructuras de formación anatomía del cuerpo. Falopio realizó el
estudio que demostró la presencia de los oviductos, también conocidos como las
trompas de Falopio. Miguel Servet y William Harvey habían obtenido nueva
información sobre la circulación de la sangre, y Estáquio investigó las
estructuras del oído humano.
En cuanto
al intercambio de conocimientos en ese momento, también hay que destacar los
resultados de Johannes Kepler (1571-1630) quien postuló que los planetas tienen movimientos
elípticos alrededor del Sol. Volviendo a las
teorías de Copérnico, que no sólo demostraron que los planetas giraban
alrededor del Sol, también demostró que esta órbita formaba una elipse. Incluso
en el campo de la medicina, el suizo Paracelso (1493-1541) demostró la
importancia de los estudios químicos para el desarrollo del conocimiento
médico.
En general,
hemos observado que varios eruditos del Renacimiento eran fundamentales para el
logro del conocimiento y su evolución como ciencia. En vez de contemplar los
fenómenos naturales y aceptarlos como una manifestación de la naturaleza
divina, los hombres de esa época creían que la experiencia y el uso de
argumentos racionales podrían revelar nuevos datos sobre estos fenómenos de
base científica.
Fuente original: Escuelapedia.com
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