EL SOCIALISMO UTÓPICO
A diferencia de Inglaterra, más industrializada, Francia, con un
proletariado menos numeroso pero con una intelectualidad más sensible a las
ideas políticas, proporciona a los movimientos sociales una serie de pensadores
que reflexionaron sobre las contradicciones de la industrialización y
formularon soluciones ideales, o incluso intentaron experiencias de
creación de nuevos tipos de sociedad. A estos pensadores se les llama
socialistas utópicos, destacando Saint-Simon, Fourier, Louis Blanc, Cabet,
Blanqui...
No existen demasiados elementos comunes entre ellos. En general,
prefieren evolucióna la revolución y los medios pacíficos a los
violentos. Frente a la hostilidad de clases predican la concordia.
No centran el cambio social en la capacidad revolucionaria del proletariado,
sino en el convencimiento progresivo y la aceptación por la burguesía de una
necesidad de cambio. Parecen prestar más atención a los proyectos que a los
medios por los cuales pueden llegar a realizarse.
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Entre los modelos de nueva sociedad que intentaron construir los utópicos,
destacan los falansterios de Fourier, pequeñas poblaciones de 1600
personas, entre las que se distribuyen las funciones alternativamente.
Subsisten en ellos la propiedad privada y el derecho de herencia, pero son
comunes los instrumentos básicos de producción. En Francia, EE.UU., Inglaterra y
Rusia llegan a organizarse falansterios pero la mayoría fracasaron.
Los talleres sociales propugnados por Louis Blanc fueron
una nota distintiva de la revolución francesa de 1848, pero desaparecieron en
pocas semanas.
Socialismo utópico: esquema
El cooperativismo de Robert Owen
Robert Owen, es el más portentoso
pensamiento y realizador de la cooperación como modo de
producción, su máximo exponente.
Sin embargo, a él y sus seguidores se los califican de utopistas-según sus
cuestionadores-por el hecho de que sus argumentaciones carecerían de rigor
científico.
Si esas observaciones y cuestionamientos encuentran asidero en los
análisis que realicemos,entonces, debe movernos a darnos la tarea de intentar
dotar de teoría científica al cooperativismo. Muchos lo han intentado,como el
Dr. León Schujman*, debemos seguir esa senda.
“Robert Owen
defendía la posibilidad de desarrollar un sistema económico
alternativo basado en la cooperativa. Su planteamiento era utópico, pero no
irreal, porque pretendía sustituir el sistema capitalista por otro más justo
que evitara los problemas británicos. Desde su perspectiva los obreros debían
unirse para crear una nueva realidad europea basada en cooperativas que fuesen
más rentables que las industrias: cooperativas de producción y cooperativas de
distribución”.
www.ellibrepensador.com
Robert Owen
(Newton,
Gales, 1771 - 1858) Pensador y activista del primer socialismo británico. Hijo
de un modesto artesano, tuvo una formación autodidacta y prosperó como
empresario de la industria del algodón. En 1799 compró junto con otros socios
la fábrica textil de New Lanark (Escocia), de cuya dirección se ocupó en los
años siguientes.
Conmovido por las consecuencias sociales de la introducción del
capitalismo durante la Revolución Industrial, buscó la forma de promover
una sociedad mejor desde su posición como empresario. Su gestión fue un
experimento innovador, pues consiguió que la empresa arrojara beneficios
introduciendo mejoras sustanciales para los trabajadores: elevó los salarios,
sentó las bases de una seguridad social mutualista y proporcionó a los obreros
condiciones dignas de vivienda, sanidad y educación. Este último fue para él el
objetivo esencial, pues consideraba que una educación liberal y solidaria sería
el mejor instrumento para acabar con la delincuencia y poner las bases para un
futuro de justicia e igualdad.
Owen fue un pionero del socialismo, inspirado aún por la fe de
los pensadores ilustrados del siglo XVIII en el progreso humano y en la
posibilidad de reformar gradualmente la sociedad mediante la razón, el
convencimiento y la educación. Marx y Engels le clasificarían más tarde entre los
socialistas que llamaron utópicos, ya que se esforzaban por diseñar una sociedad
futura ideal (como la Utopía de Tomás Moro), confiando en que bastaría el ejemplo de unas
pocas comunidades ideales de este tipo para convencer a la humanidad de sus
ventajas y extender así el modelo de forma pacífica; al mismo tiempo, el
término sugería que estos primeros socialistas europeos sostuvieron ideales
quiméricos al soñar ingenuamente que podría llegarse al socialismo sin pasar
por una revolución.
La fama de Owen se extendió por Gran Bretaña, y éste aprovechó
su notoriedad para plasmar sus ideas en conferencias y libros, en los que fue
desarrollando un ideal de socialismo gradualista y cooperativo, muchas de cuyas
propuestas inspirarían a socialistas posteriores (incluido el propio Marx);
entre las obras de Owen cabe destacar Una nueva visión de la sociedad (1813) y el Informe al Condado de
Lanark (1821).
Sin
embargo, sus socios capitalistas en New Lanark desaprobaron una gestión tan
generosa hacia los obreros y le desplazaron de la dirección. En el futuro, Owen
pasaría a confiar más en la acción del Estado como impulsor de las reformas
sociales necesarias que las clases acomodadas no iban a adoptar por iniciativa
propia, al tiempo que criticaba la idea misma de una economía competitiva. En
1825-28 volvió a intentar poner en práctica sus principios en una nueva
comunidad modélica llamada New Harmony (Indiana, Estados Unidos); pero la empresa
fracasó y se llevó la fortuna personal de Owen.
De vuelta a Inglaterra, pasó a ser un activista del incipiente movimiento
obrero: fundó una «Bolsa de cambio equitativo de trabajo», con la que esperaba
desterrar el dinero, el beneficio y la explotación del trabajo obrero;
participó activamente en el movimiento de los cartistas, que reivindicaban
pacíficamente la introducción de reformas democráticas en el sistema político
británico; y en 1833 se puso a la cabeza de la primera central sindical
británica de ámbito nacional (el Grand National Consolidated Trade Union), que
llegó a tener medio millón de afiliados.
Fracasados todos aquellos empeños, una nueva era de las luchas
sociales iría dejando atrás sus ideales; todavía apoyó una nueva comunidad
owenista en Harmony Hall (Hampshire, Inglaterra, 1839-45), editó un periódico
de propaganda socialista (El Nuevo Mundo Moral, 1834-46) y escribió algunos
textos tardíos de tendencia más espiritualista.
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